Castidad Emocional

Por Cindy, de www.theveilofchastity.com - Traducido por www.atitelodigolevantate.blogspot.com con permiso de la autora.

Mi artículo publicado unas semanas atrás se centró en las “Relaciones de Fantasía” y en cuán importante es la Castidad Emocional en la prevención de estas relaciones no saludables. Pienso que es realmente difícil experimentar la libertad de la castidad física a menos que primero luchemos por la castidad emocional.

Así como la Castidad física, la Castidad Emocional es una virtud para toda la vida. La meta de adquirir la Castidad Emocional es la de NO "atrapar" un esposo. El fin es volverse libre de aquellas emociones que lleven a una vida desordenada.

Confía en el Señor, dile Sí a Su voluntad como lo hizo María

¿Cómo te liberas a tí misma de estas emociones desordenadas? La mejor manera, para mí, es tener una confianza total en la bondad y en la voluntad de Dios. Tú, así como hizo la Virgen María, puedes crear tu propio pequeño Fiat (ese Sí a la voluntad de Dios): “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. Puedes confiar a Dios tu futuro, tu vocación y tus necesidades. Esta confianza puede ser muy profunda de manera que puedas vivir con seguridad según estas palabras de la Sagrada Escritura:

“Júrenme, hijas de Jerusalén, que no despertarán, ni desvelarán a mi amor, hasta que ella quiera.”

Cantar de los Cantares 8,4

La meta es la de permanecer “dormidas” en Su voluntad hasta que el Señor desee despertarte para Su plan para tu vocación. Esta confianza te libera de las tentaciones de “revolver” tus emociones. Confiar en el Señor te guardará de poner tu atención y afectos en los hombres equivocados. La confianza en Su voluntad para tu vida te protegerá de perseguir hombres.

¿Cómo obtienes esta confianza y obediencia en la voluntad del Señor? A lo largo de las próximas semanas, te daré algunas ideas. Hoy me enfocaré en una técnica que me ayudó a mí cuando era soltera. Como podrás ver, aún sigo usando esta técnica.

La visión de tí misma

Entonces, las metas de la Castidad Emocional son:

*Ser libre de cualquier emoción que te lleve a una vida desordenada

*Tener una vida ordenada a las virtudes y saludables hábitos, actitudes, comportamientos y emociones

*Confiar en la Voluntad del Señor y en Su bondad

*Permanecer “dormida” hasta que Él lo desee

Una manera de alcanzar estas metas es tener una visión de ti misma con las características y virtudes que desearías incorporar en tu vida. ¿Has tratado de hacer esto alguna vez? Alguien podría pensar que esto suena como un poco “new age”. Pero no estoy proponiendo una actitud de auto-desprecio donde te enfocas en todo lo malo que hay en ti. Tampoco te estoy alentando a llenar tu cabeza con ideas que te desanimen.

En cambio, te estoy proponiendo que imagines la mejor versión de ti misma. La versión más libre de ti, aquella que más confía, la más virtuosa, la más balanceada emocionalmente. Luego, una vez que tienes esta visión, puedes comenzar a rezar por esto e ir modelando las virtudes requeridas, tus comportamientos, actitudes, hábitos y disposiciones. Tus emociones saludables naturalmente vendrán a continuación.

Un ejemplo

Justo hoy, el Señor puso una oportunidad frente a mí. La llamo “oportunidad” pero sería mejor describirla como un desafío. Verás, este desafío me va a forzar a salir de mi zona de confort. Me llevará a acercarme a mis límites. Pero tuve que decir “Sí” al Señor, aquí estoy, soy Su servidora después de todo.

Entonces, mientras estoy alterada y tratando de no me agarre un ataque por esta "oportunidad" comencé a verme a mí misma con las virtudes que voy a necesitar para glorificar a Dios en esta ocasión. Aquí expongo un ejemplo de lo que me dije para darme ánimos (con las objeciones entre paréntesis incluidas):

* Soy una persona abierta (para nada)

* Soy una persona flexible (jajaja)

* Soy una persona no vergonzosa (bueno, es que no soy perfecta)

* Soy una persona generosa (mmm, no tanto)

Una vez hecha la lista de virtudes que necesitaba y creada la imagen que quería de mí, supe cómo rezar por mí misma. Además, confiar en la bondad y la voluntad de Dios me dio la seguridad de que Él me ayudaría en estas áreas específicas. Tendría que esforzarme, pero estaré bien. Y sería además, debo decir, bendecida.

¿Cuál es tu visión?

Cuando era soltera, usaba la técnica de visualización: me imaginaba, nombraba la virtud que necesitaba, rezaba y luego confiaba en Dios. Tú también puedes hacerlo. Por ejemplo, si tu objetivo es llevar una vida casta, ¿cómo te imaginas esto para ti? Si tu objetivo es ser emocionalmente equilibrada y que confía en el Señor, ¿cómo ves eso en ti? Si tu objetivo es ser una chica que conoce su dignidad y no persigue hombres, ¿cómo ves eso para ti?

¿Te puedes ver con todas esas virtudes? ¿Cuáles son tus hábitos cotidianos? ¿Cuál es tu postura y cómo te conduces? ¿Cómo respondes en diferentes situaciones? ¿Cómo respondes ante los hombres? ¿Qué necesitas comenzar a hacer? ¿Qué necesitas dejar de hacer?

¿Qué necesitas?

El Señor quiere que seas Su servidora, quiere que le des tu Fiat (tu sí). Él sabe todo sobre el desorden de tus emociones, sabe lo que te está impidiendo confiar en Él. Por lo tanto, Él te proveerá lo que necesites para que así lo glorifiques. Pon esta visión de ti misma, obediente y confiada, a Sus pies. Preséntale tus necesidades. Dile que sólo quieres glorificarlo.

“No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús. En fin, mis hermanos, todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos.”

Filipenses 4, 6-8

¿Qué más puedo decir? La próxima semana te hablaré acerca del Velo y cómo este concepto puede ayudarte a alcanzar la Castidad Emocional.

Dios te ama y te bendice!

Cindy

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Artículo original aquí