11 de mayo de 2014

La historia de amor de Cindy – Primera Parte


El siguiente artículo fue publicado para el Blog "Written By The Finger of God" de Anabelle Hazard.


Título original: Historia de amor católico N°7: Cindy, autora del blog “The Veil of Chastity”

Nota del blog de Anabelle:

Alguien por allí rezó para que esta nota de una autora “invitada” fuese publicada hoy. Quien fuera que seas, gracias. Cindy, una autora católica cuyo blog es www.theveilofchastity.com comparte una hermosa historia que resonará en cualquiera que alguna vez haya esperado que las promesas de Dios se hicieran realidad. Su blog es algo que podría haber usado cuando era soltera (para ese entonces solo había libros cristianos enfocados en noviazgo y castidad) y es uno de los cuales seguiré leyendo, siendo ya parte de mi lista de actualizaciones de blogs.
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El relato de Cindy:

Nuestra historia de amor


Pienso que nuestra historia de amor es hermosa y mi esposo, una vez que lo conozcas, te contará la historia de cómo nos conocimos, enamoramos y casamos. Deseo compartir esos detalles en este post pero, para mí, la verdadera belleza de nuestra historia de amor recae en el sufrimiento, la espera y la sanación. Nosotros no nos encontramos hasta que ambos tuvimos 37 años, y nos casamos aproximadamente un año después, a los 38. Estamos justo celebrando nuestro décimo aniversario de casados.


Pero en caso de que se te haya escapado, déjame repetirlo: trein – ta y – o – cho años de soltería! Treinta y ocho años de espera, oración, sentirse olvidada, frustrada y ocasionalmente desesperanzada. Fue tan difícil que, en la actualidad mi mini – misión en la vida es animar a las chicas solteras con sabiduría y esperanza mientras esperan por su esposo. Yo, por la gracia de Dios, deseo llevar a cabo mi mini-misión con mi blog, The Veil of Chastity. Si estás necesitando  esperanza y sabiduría, y si tu soltería se ha extendido más allá del tiempo esperado, entonces por favor visítame en mi blog.


¿Por qué mi esposo y yo tuvimos que sobrellevar esta prolongada vida de solteros? No conozco los detalles específicos del plan de Dios o de su Voluntad, pero puedo ver el tema en general. La vida de solteros y su frustración nos trajo a ambos de rodillas ante Dios. Nos permitió experimentar la desolación necesaria para depender de Dios y convencernos de nuestra necesidad de retornar y de vivir una vida sacramental. Esta desolación, la dependencia de Dios y la vida sacramental fueron los vehículos que Dios usó para sanarnos y prepararnos el uno para el otro.


Un caso de manual


Por un lado, nuestra historia es especial pero por otro lado, somos un caso de manual (un caso típico): frustración, desolación, dependencia y sanación. Nuestro trayecto es un reflejo de los Israelitas 40 años deambulando en el desierto y finalmente llevados a la tierra prometida. Para mí, la parte del Antiguo Testamento sobre la caminata en el desierto y la sanación de los Israelitas mientras están allí es más fascinante que la parte sobre la entrada a la tierra prometida.


Las sanaciones


Voy a resumir “mi viaje” diciendo que, como muchos, fui pobremente catequizada. No sabía cuán crítica era la vida sacramental para mi salud espiritual, emocional y física. Entonces, terminé deambulando. Pero Dios me rescató y me trajo de vuelta a Su iglesia, a la fe Católica y a la vida sacramental. Pero esto tomó su tiempo.


Tenía necesidad además de ser sanada en relación a cuestiones específicas con el hecho de ser una chica. Es decir, el tipo de sanación asociada a un pobre entendimiento de nuestros cuerpos. Me castigaba con mensajes negativos, lo que me llevaba a una negativa relación con la comida y una pobre imagen corporal. Tenía un miedo exagerado a la vida de casada y de todo lo que eso implicaba. 

Traté de manejar eso y sanarme a mí misma, pero Dios ganó la batalla y me sanó lo suficiente como para poder amar y ser amada por mi esposo. Dios me sanó de mis miedos exagerados y luego me bendijo con un compasivo y amoroso esposo que me comprende. Pero esto tomó su tiempo.


Por último, yo estaba herida por no tener lo que deseaba. Y lo que deseaba era casarme. Salía mucho con chicos y tuve muchas “parejas” durante mi prolongada soltería. Pero, por supuesto, cada relación terminaba en algún nivel de rechazo. La mayoría de las veces, yo era la que rompía la relación porque no me sentía amada y apreciada. Cada vez que una relación fracasaba, mi frustración crecía. Mirando ahora hacia atrás, esto fue algo bueno porque cimentó mi dependencia hacia Dios. Él era mi única esperanza. Pero este proceso llevó su tiempo.


Castidad


Otro desafío que experimenté fue mi compromiso con la castidad. Estaba comprometida con ella pero cada una de las áreas en necesidad de ser sanadas que describí anteriormente causaba estragos en la firmeza de mi compromiso. El tiempo lejos de los Sacramentos me debilitó. Yo no sabía que el único propósito de mi cuerpo es el de glorificar a Dios. La relación negativa conmigo misma me impidió ver la conexión que hay entre la castidad y mi salud espiritual, emocional y física. Esta ceguera me llevó a las tentaciones de ganar amor por medios físicos. El rechazo hizo que me preguntara si yo a Dios le importaba.


Pero, afortunadamente perseveré en mi compromiso con la castidad. Experimenté debilidad, tentación y rechazo, pero fui protegida, por la misericordia de Dios, de poner en peligro mortal mi alma.


Cómo nos conocimos


Debido a que Dios se preocupa por nosotros íntimamente y nos sana, estoy convencida de que también Dios "arregló" nuestro matrimonio. Mi esposo y yo nos conocimos por medio de un sitio de citas online para católicos solteros. Ninguno de nosotros se había casado anteriormente.


Cuando él me contactó por primera vez, en agosto de 2001, mi esposo vivía en Kansas y yo vivía en Virginia. Nos comprometimos en mayo de 2002 y nos casamos el 19 de octubre de ese año. Tuvimos la más hermosa y santa boda y, actualmente, tenemos un hermoso, casto, fructífero y santo matrimonio.

El velo


En mi blog y en mi libro, próximo a publicarse, comparto la teoría llamada “El Velo”. Piensa en “El Velo” como una simple metáfora: es la idea de que Dios sobre cada uno de nosotros coloca un velo protector que tiene el propósito de ocultarnos de cada posible pretendiente, excepto de aquél con el que Dios desea que nos casemos. Yo llamo a la persona que Dios desea para casarnos nuestro “santo esposo”.


Este velo protector hace que no nos vean con claridad (parecido a mirar a través de un plástico opaco) aquellos pretendientes que no son nuestro santo esposo.


Estos pretendientes pueden sentirse atraídos por nosotras pero dudan en conquistarnos de forma completa porque no nos pueden ver de manera íntegra: estamos ocultas tras el velo. Esto puede sentirse como un rechazo, pero es en realidad la protección de Dios.


El sufrimiento lleva a la Esperanza


Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza.” Romanos 5, 2 - 4


A medida que las cosas progresaban con mi esposo en dirección al matrimonio, mi madre me preguntó cómo podría ser que él tuviera 38 años de edad y nunca se hubiera casado? ¿Por qué ninguna otra chica lo había "atrapado"? Buena pregunta. Él tuvo muchas citas y “parejas” antes de conocerme a mí, pero todas aquellas otras chicas no eran capaces de ver cuán bueno él era. Estoy agradecida por ello. Fue el velo! Lo cubrió y protegió a él también.


Pero él tuvo que atravesar unos 7 años por su cuenta de salidas estériles antes de conocerme a mí, sumado a años de salidas y relaciones con mujeres antes de eso que lo dejó sintiéndose vacío y corrompido. Esto fue un sufrimiento para él pero resultó en la amorosa y vital purificación de Dios. 

Y, como Romanos 5 nos dice, el sufrimiento lleva a la constancia, la cual lleva a la virtud y finalmente a la esperanza.


Para mí, la necesidad de sanación y el velo protector causaron mi soltería extendida. Y hoy doy se lo agradezco a Dios!


Cindy


Más en profundidad sobre la historia de amor de Cindy próximamente en este blog o aquí. No te la pierdas. La segunda parte es tan maravillosa como la primera.

Anabelle - Artículo original aquí


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